CRÓNICA POLÍTICA/ Lauro R. Rodríguez Z.
La colombianización de México o la mexicanización de Colombia
Ayer se inauguró el coloquio internacional La colombianización de México o la mexicanización de Colombia, bajo el auspicio de El Colegio de Veracruz y la Universidad Veracruzana, a través del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales.
La felicitación a los organizadores: los doctores Alfredo Zavaleta y Jesús López, es merecida. Xalapa es un centro académico por excelencia, en donde concurren diversas instituciones de educación superior, pero son pocas las que promueven eventos de calidad como el que comentamos.
El tema: la inseguridad pública y la operación de las redes delincuenciales nacionales y trasnacionales, en el marco de un combate decidido del Estado Mexicano contra los narcotraficantes, traficantes de armas, redes de trata de personas, trata de blancas, entre otros.
¿Estamos ganando la batalla? ¿Vamos por buen camino? Difícil responderlo, ya que los hechos hablan más que las estadísticas. México vive un incremento de la violencia de los grupos delincuenciales que han, incluso, retado al Gobierno federal, no sólo pidiéndole que pacte con los delincuentes, sino atacando a destacamentos de la policía federal y el Ejército.
Llama la atención que en la presentación que hiciera John Bailey señalara estar fascinado por un hecho: que en México se inicien programas cada vez que inicia un gobierno, sea federal, estatal o municipal, echando por la borda todo lo realizado por el gobierno anterior.
Es obvio que este es un problema estructural del sistema político mexicano, que se sabe, se conoce, se analiza, se critica desde décadas atrás, pero que los legisladores mexicanos no han hecho nada para resolverlo.
Que los programas de seguridad pública se reinventen cada sexenio o cada trienio representa una falta de planeación a largo plazo, no sólo en materia de seguridad pública, sino en todos los sectores del quehacer gubernamental.
La conclusión es directa: o mejoramos nuestro sistema de planeación e integramos programas de largo alcance, o nos lleva la que nos trajo. No hay de otra. México no puede seguir derrochando recursos en proyectos que no tienen continuidad, que se impulsan como algo novedoso, pero que sólo duran unos años.
En la medida que sigamos posponiendo que el sector de la seguridad pública y la procuración de justicia ya no dependan del cambio en el Poder Ejecutivo, seguiremos padeciendo y quejándonos del avance de la delincuencia.
lauro-rodriguez@hotmail.com
Milenio El Portal
La colombianización de México o la mexicanización de Colombia
Ayer se inauguró el coloquio internacional La colombianización de México o la mexicanización de Colombia, bajo el auspicio de El Colegio de Veracruz y la Universidad Veracruzana, a través del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales.
La felicitación a los organizadores: los doctores Alfredo Zavaleta y Jesús López, es merecida. Xalapa es un centro académico por excelencia, en donde concurren diversas instituciones de educación superior, pero son pocas las que promueven eventos de calidad como el que comentamos.
El tema: la inseguridad pública y la operación de las redes delincuenciales nacionales y trasnacionales, en el marco de un combate decidido del Estado Mexicano contra los narcotraficantes, traficantes de armas, redes de trata de personas, trata de blancas, entre otros.
¿Estamos ganando la batalla? ¿Vamos por buen camino? Difícil responderlo, ya que los hechos hablan más que las estadísticas. México vive un incremento de la violencia de los grupos delincuenciales que han, incluso, retado al Gobierno federal, no sólo pidiéndole que pacte con los delincuentes, sino atacando a destacamentos de la policía federal y el Ejército.
Llama la atención que en la presentación que hiciera John Bailey señalara estar fascinado por un hecho: que en México se inicien programas cada vez que inicia un gobierno, sea federal, estatal o municipal, echando por la borda todo lo realizado por el gobierno anterior.
Es obvio que este es un problema estructural del sistema político mexicano, que se sabe, se conoce, se analiza, se critica desde décadas atrás, pero que los legisladores mexicanos no han hecho nada para resolverlo.
Que los programas de seguridad pública se reinventen cada sexenio o cada trienio representa una falta de planeación a largo plazo, no sólo en materia de seguridad pública, sino en todos los sectores del quehacer gubernamental.
La conclusión es directa: o mejoramos nuestro sistema de planeación e integramos programas de largo alcance, o nos lleva la que nos trajo. No hay de otra. México no puede seguir derrochando recursos en proyectos que no tienen continuidad, que se impulsan como algo novedoso, pero que sólo duran unos años.
En la medida que sigamos posponiendo que el sector de la seguridad pública y la procuración de justicia ya no dependan del cambio en el Poder Ejecutivo, seguiremos padeciendo y quejándonos del avance de la delincuencia.
lauro-rodriguez@hotmail.com
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